La Lucha de independencia en perspectiva Antillana
Por Lic. Juan Mari Brás (q.d.e.p.)
Cápsula de un discurso de Pedro Albizu Campos
“Vamos a entrar en esa cuestión. Cuando se dice que Puerto Rico fue una colonia por 400 años, después de la invasión norteamericana, no se dice la verdad; se dice una falsedad. Puerto Rico fue una colonia hasta el año 1897, en que se impuso el reconocimiento de nuestra personalidad internacional en virtud a la carta Autonómica. La Carta Autonómica fue impuesta no por hombres de la vía media, sino que fue impuesta por la revolución de Cuba en virtud de un pacto entre los antillanos, pacto concebido por el inmenso Betances y redactado por el apóstol Martí en Montecristo, por el cual se establecía que los puertorriqueños y los cubanos, en una santa alianza, lucharían hombro a hombro en vías de la independencia de ambas nacionalidades; y ese pacto fue secundado por los dominicanos, y fue secundado indirectamente por los haitianos, y por todos los amigos de la causa de la independencia.”
La táctica fue empezar por Cuba, destruir el ejército español en Cuba, y después venir a Puerto Rico. En Cuba murieron 2,500 puertorriqueños defendiendo la independencia de Cuba y de Puerto Rico. Cuando cayó Maceo, que era teniente general del ejército cubano, fue Ríus Rivera (el hijo más ilustre que ha tenido Mayagüez), Ríus Rivera fue el hombre escogido para empuñar la espada de Maceo. Y para que Mayagüez conozca la integridad y carácter de Ríus Rivera, voy a hacer una pequeña digresión”
“Cuando se iba a redactar la constitución de Cuba, se quiso hacer una excepción a favor de Máximo Gómez, general teniente en jefe del ejército cubano, y de Ríus Rivera, puertorriqueño, y teniente general, para que ellos dos pudiesen ser presidentes de la República de Cuba. Y los dos dijeron que no se podía permitir nunca que la representación suprema de un pueblo pudiese ser obtenida por un hombre no nacido en esa tierra, aunque ese hombre hubiese sido el libertador de ese pueblo. Y se hizo entonces, señores, un empréstito para pagar a las tropas libertadoras, y a Ríus Rivera se le llamó al Ministerio de Hacienda del Gobierno de Cuba y se puso en su poder un cheque por $64,000.00, y él preguntó de qué se trataba y le dijeron que ésa era su compensación por su contribución a la independencia de Cuba, y él lo calificó, indignado, como una ofensa, como lo era, y dijo: “Yo vine a ofrecer mi vida y mi hacienda por la independencia, y a mí no se me debe nada.” Y rehusó . Ese cheque y ese dinero están en la hacienda pública de Cuba a disposición de la Sucesión Ríus. Ese ejemplo no lo traigo aquí para los viejos, sino para la juventud que se levanta, que recuerden que el honor no está en el mercado a ningún precio, y que el sacrificio de los hombres por la causa de la libertad, no se puede tasar nunca en dinero, en recompensas ni halagos de ninguna naturaleza.”
Nota: Juan Ríus Rivera nació en Mayagüez, Borinken o Puerto Rico, el 26 de agosto de 1848 y falleció en Honduras el 20 de septiembre de 1924. Combatió en el Grito de Lares de Puerto Rico (23/septiembre /1868). Sufrió encarcelamiento por ello. Le fue conmutada su sentencia. Se fue a Cuba. Participó en la Guerra de los 10 años (1868-1878) en donde perdió parte de su mano derecha por un balazo. Fue parte de los oficiales mambises que no aceptaron el Pacto del Zanjón que dio por terminada la Guerra de los 10 años. Se reincorporó a combatir en Cuba en la guerra que José Martí llamó la Guerra Necesaria (1895- 1898). Fue capturado luego de recibir tres balazos de fusil Mauser. Sobrevivió a las heridas y fue encarcelado en Cuba y en la fortaleza de Montjui en España. España se abstuvo de fusilarlo cuando Ramón Emeterio Betances Alacán (Padre de la Patria Puertorriqueña) le señaló al gobierno español que por la vida de Ríus Rivera respondían 150 oficiales españoles prisioneros de guerra.
Nota: Juan Ríus Rivera fue el que le hizo el señalamiento a los cubanos que el futuro independiente de Cuba se tenía que regir por la Resolución Conjunta del Congreso de los Estados Unidos de América (18 de abril de 1897) – que reconocía su derecho a ser independiente – y no por el Tratado de París del 10 de diciembre del 1898. Fue Vicepresidente de la Asamblea Constituyente de Cuba. Se fue de Cuba en el 1907 porque estaba en desacuerdo con la Enmienda Platt dentro de la Constitución de Cuba. Regresó a Honduras en donde había dejado su familia y sus negocios para ir a combatir por la independencia de Cuba y de Borinken. Allí se lo llevó Pateco a los 76 años.
Nota: Cuando el oficial español que lo combatía, viéndolo herido, blandiendo desafiantemente su machete en una mano y su revolver en la otra, le instó a entregar sus armas, le contestó. “Mis armas solo las entrego muerto.”
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