GOBIERNO PROVISIONAL
DESPACHO DEL PRESIDENTE
Estado Nacional Soberano de Borinken
COMUNICADO
El gobierno provisional del Estado Nacional Soberano de Borinken, reitera su llamado al pueblo boricua para que continúe construyendo el movimiento de resistencia civil pacífica. Para ello, se requiere unidad, paciencia e inteligencia. Estamos en una etapa inicial de la resistencia y es indispensable educarnos y evitar las trampas creadas por el sistema colonial y el Imperio para intentar desmantelar nuestra estrategia.
No cabe duda que el Paro Nacional convocado por los mayores sindicatos del país fue un verdadero éxito. Esta manifestación que reunió a varias decenas de miles de compatriotas es el inicio evidente de un proceso de resistencia que, hábilmente conducido, logrará los propósitos deseados. No obstante, el gobierno colonial y gran parte de la prensa han intentado disminuir el impacto que el paro habrá de generar, al hacer un énfasis desmedido en los incidentes que ocurrieron una vez terminada la actividad oficial. Uno de esos efectos inmediato será el fracaso del plebiscito del 11 de junio. Las mentiras de un gobernador novato e inesperto, quien trató de responsabilizar al liderato sindical de los eventos de violencia ocurridos más tarde, son una muestra de la desesperación del liderato del Partido Nuevo Progresista ante el empuje y la militancia del pueblo trabajador.
Igualmente el Estado Nacional Soberano de Borinken apoya y respalda al movimiento estudiantil de la Universidad de Puerto Rico por dar el frente para evitar la destrucción de esa institución educativa. Tampoco es justo que se pretenda responsabilizar al estudiantado por los actos que propiciaron la destrucción de propiedad privada. Ese movimiento estudiantil representa la vanguardia de esta lucha de resistencia y es deber de todos los demás sectores sociales y sindicales ofrecerle toda la ayuda que necesite para poder sostener sus acciones en contra del recorte de más de 450 millones de dólares propuestos por el gobierno de Ricardo Roselló a la Junta Dictatorial de Control Fiscal. Lo que se pretende con esos recortes es eliminar el mayor foco de resistencia que existe en nuestro país contra la anexión asimilista.
Lo ocurrido el 1 de mayo debe servir de lección a todos. ¿Hay quien dude de la capacidad de inteligencia Gobierno Federal para anticipar lo que podría ocurrir? ¿Hay quien dude de la presencia de agentes encubiertos en las actividades de resistencia que se han llevado a cabo? ¿Hay quien dude de la conveniencia que es para el Gobierno Colonial dirigir la atención hacia otro lado, mientras encubre su complicidad con el robo y atropello que se comete contra el pueblo? ¡Hay que ser muy ignorante o muy ingenuo para dudarlo! Los eventos del 1 de mayo lo comprueban.
La presencia de dos helicópteros de FURA sobrevolando en el área metropolitana desde temprano en la mañana. El anuncio de la movilización de todo el aparato policiaco local y federal de forma visible, hecho desde varios días antes del Paro Nacional. La presencia de policías en ropa civil y de agentes encubiertos. El permitir que ocurrieran actos en presencia de policías que, en lugar de intervenir en el momento para evitarlos, se dedicaron a observarlos y grabarlos, para luego acusar como responsables a los organizadores de los actos. Los escritos y las declaraciones inflamantes de los funcionarios de gobierno en contra de los estudiantes. La rapidez increible con que el Banco Popular interpuso una demanda contra los supuestos responsables de actos que no habían ocurrido al momento de escribir la demanda.
Todo ocurrió como si fuera un libreto. Pero no es un libreto nuevo. La década de 1960 al 70 marcó uno de los períodos en que la violencia del Gobierno Federal y Colonial se desbordó contra un movimiento sindical y patriótico que crecía. Infiltraron informantes y provocadores en las organizaciones patrióticas y sindicales. Intentaron desacreditar a sus dirigentes. Se agudizó la persecusión, los arrestos, el carpeteo, las amenazas. Se crearon escuadrones de la muerte en los cuales participaron policías. Se suscitaron atentados contra la vida y la propiedad de militantes y organizaciones. La culminación de ese plan fue el asesinato de Arnaldo Darío Rosado y Carlos Soto Arriví, el 25 de julio de 1978. De inmediato el gobernador Carlos Romero Barceló, anunció el supuesto acto de terrorismo y declaró héroes a los policías asesinos. Tomó varios años conocer el plan criminal que se había trasado y había sido encubierto por el Gobierno Federal y Colonial. Ahora se trata de un escenario parecido. Las acciones anunciadas en el plan del Imperio y del Gobierno Colonial, no sólo empobrecerán a nuestro pueblo sino que atentan contra la vida misma de miles de personas. Ante la tiranía de esas imposiciones de la Junta Federal de Control Fiscal y del sometimiento del Gobierno Colonial, el pueblo ha comenzado a tomar conciencia. Ante la realidad de un pueblo que despierta del sueño colonial, el Imperio ha preparado su nuevo plan y no puede tolerar que la resistencia aumente.
Los dirigentes estudiantiles, sindicales y políticos que combatimos ese atropello debemos actuar unidos, con paciencia e inteligencia. La semejanza con los antecedentes de lo ocurrido hace 40 años en el Cerro Maravilla es tan evidente que asombra.
3 de mayo de 2017
Ramon Nenadich DeglansFrancisco R. Jordán García
Presidente ENSBPresidente ANSB
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