El
rompimiento del bloqueo cultural entre Cuba y Puerto Rico impuesto por el
imperialismo gringo
Dedicado
a Fernando (Blakie) Benítez
y
a Isabelo (Tanny) Santiago (Q.D.P.)
Por Carlos
Rivera con el apoyo de Juan
Antonio (Papo) Castillo
Según nuestras
fuentes informativas fidedignas todo comenzó al mediodía con la visita de Pedro
Clemente y Fernando Benítez al despacho legal de los abogados boricuas Ramón
O`Neill Santos y Calixto Díaz Alonso, localizado en el Edificio Lemans frente
al Centro Judicial de Hato Rey en los días previos a la inauguración de los
VIII Juegos Panamericanos de 1979 (1-15 de julio de 1979), en San Juan, Puerto
Rico.
Pedro y Fernando
(conocidos como Capitol y Blakie respectivamente) conocían al Lic. Ramón
O`Neill (Moncho O`Neill) desde que fueron estudiantes en la Universidad de
Puerto Rico. En ese momento los tres participaron en la formación de un
proyecto contestatario a la penetración musical gringa y de reivindicación de
la cultura puertorriqueña concentrando en los géneros musicales negroides y
mulatos de la bomba y la plena. Lo cual desembocó en el Festival de Bomba y
Plena de Puerto Rico.(1)
Capitol y Blakie (2) le presentaron a
Moncho lo que entendían como un contrato que le había hecho llegar el
Presidente o Director de los VIII Juegos Panamericanos en donde les concedían
al Festival de Bomba y Plena la organización de la parte musical/artística de
los Juegos Panamericanos que se realizaría en el antiguo campo de golf del
antiguo Fuerte Brooke. (3)
El mismo contenía lo fundamental del área a cubrir y establecía unilateralmente
la cantidad de dinero a recibir por organizar y realizar esa parte de los
Juegos Panamericanos. Además contenía la firma del representante de los VIII
Juegos Panamericanos, que si mal no tenemos el dato era de nombre Richard Carrión,
de la familia accionista mayoritaria del Banco Popular de Puerto Rico.
Tanto Capitol,
Blakie como Moncho entendía la importancia de esa actividad dentro del evento
principal para difundir aún más los géneros de la bomba y la plena, pero
también coincidía en que la cantidad a recibir era poca por el trabajo a
realizar. En su momento O’Neill, viendo que no estaba estampada las firmas de
ambos, les preguntó si en algún momento previo habían negociado y/o firmado
otro contrato. Contestándoles en la negativa ambas preguntas. A lo que le
replicó que no había contrato que los obligase. Como se tenía interés en el
proyecto, acto seguido se comunicaron con la Dirección o Coordinación de los
Juegos Panamericanos concertando una cita.
Al otro día, ya en
la sede de la Coordinación de los Juegos Panamericanos, se le dejó saber al Sr.
Carrión y a su representante legal la necesidad del aumento en la cuantía a
recibir como pago y ciertas modificaciones al proyecto de contrato. Estos
contestaron que para ellos ya existía un contrato. A lo cual se les replicó que
no porque eso era un proyecto de contrato y que la mejor prueba era que no
estaba suscrito por Clemente ni por Benítez. Los de la Coordinación de los
Juegos Panamericanos insistieron en su posición y ante ello optaron por
retirarse Capitol, Blakie y el Lic. O’Neill. Viendo esto los de la Coordinación
los llamaron, cambianron de actitud y se renegoció y suscribió un nuevo
contrato. Recibiéndose en el momento el primer pago de la cuantía pactada. Y
así comenzó la odisea que cubriría todo el periodo de los VIII Juegos
Panamericanos.
Con el tiempo en
contra se comenzó la organización de la parte artística/musical de los Juegos,
convirtiéndose en la sede administrativa del VIII Festival de Bomba y Plena el
despacho legal de los licenciados O`Neill Santos y Díaz Alonzo.
La organización
implicaba:
1- Las
gestiones con las agencias del Gobierno colonial para que apoyaran con la
acometida de la energía eléctrica para el área en el ex campo de golf en donde
se realizaría el Festival de Bomba y Plena de los VIII Juegos Panamericanos,
apoyo – en coordinación con personal del Festival de Bomba y Plena - para la
entrada y salida de los que trabajarían en esa área.
2- Contratación
del sistema de sonido adecuado porque era abierto y muy grande el espacio en
donde se celebraría el evento.
3- Contratación
del sistema de luminotecnia adecuada por la misma razón anterior.
4- Contratación
de la tarima.
5- Contratación
de las letrinas sépticas portátiles para el sexo hermoso y para el feo.
6- Otorgamiento
de contratos para el establecimiento de kioskos de venta de comidas, bebidas y artesanía.
7- Otorgamiento
de contratos para el diseño y producción (por artista plástico reconocido e
identificado con el proyecto) de carteles y
camisetas alegóricas al Festival de Bomba y Plena en los VIII Juegos
Panamericanos para venderse y apoyar a la vez al artista.
8- Señalamiento
y separación del área para estacionamiento.
9- Construcción
de las oficinas operativas del Festival de Bomba y Plena.
10- Construcción del kiosko del Festival de Bomba
y Plena.
11- Contratación de artistas, agrupaciones
musicales y de bailes nacionales concentrando en los géneros de la bomba y la
plena. Y de países participantes afines con los géneros antes mencionados.
12- Aprobación, impresión y distribución del
Programa Artístico/Musical. Con sus respectivos participantes y horario (desde
las 11:00 de la mañana a 12:00 de la noche.
13- Relación del personal que recibiría gafetes de
la Coordinación de los VIII Juegos Panamericanos para poder circular por San
Juan y accesar a la sede del Festival de Bomba y Plena.
14- Contratación del personal de seguridad
15- Etc.,
etc., etc…
El despacho legal
(ya ampliada la comitiva del Festival de Bomba y Plena) era un torbellino de
personas entrando y saliendo desde temprano en la mañana hasta altas horas de
la noche. Cumpliendo con sus respectivas tareas. Allí se codeaba
fraternalmente: artesanos, kioskeros, músicos, cantantes, declamadores,
vendedores, abogados, sonidistas, luminotécnicos, artistas plásticos, payasos,
impresores y uno que otro amansaguapos. Era un
concierto de voces y arcoíris de colores en donde predominaba el color
sepia. Al fin y al cabo, en Borinken quien no tiene dinga tiene mandinga. Y
quien no tiene de castellano, tiene de corso y canario. ¡¡Y ni se diga de
taino!!
Dentro de esa
dinámica, un día en la mañana, sorpresivamente se presentó un cubano acompañado
de un compañero del Partido Socialista Puertorriqueño (PSP). El de la Antilla
mayor resultó ser Américo Miranda, quien era el Representante Artístico de la
delegación artística cubana compuesta por la Orquesta Aragón, Los Papines, Elena Burques y Luis Carbonell. ¡Nada
más, pero nada menos! Américo dejó saber del interés de los cubanos de
participar en el Festival de Bomba y Plena y de los impedimentos que le habían
puesto las autoridades imperiales gringas para entrar al territorio nacional
borinqueño. Entre ellos, el llevar varios días en el barco que los trajo de
Cuba en aguas internacionales en las afuera de la Bahía de San Juan bajo el
ardiente Sol antillano. Lo del barco cubano en las aguas internacionales era de
conocimiento público porque los medios informativos coloniales lo habían
informado. ¡¡Y ahí comenzó la odisea dentro de la otra odisea!! Que ahora les
voy a contar. No se me desesperen.
En la conversación
inicial con Miranda, este, además, dejó saber de su interés de que los artistas
cubanos participaran bajo paga en otras actividades fuera de los Juegos
Panamericanos, respaldando la calidad de los cubanos (sabida de antemano por
Capitol, Blakie, Moncho y Calixto) con recortes periodísticos de varios países
europeos y americanos. Y acordaron comenzar las gestiones legales para lograr
que el gobierno imperial gringo autorizara la entrada de la delegación cubana a
Borinken. O`Neill se ocuparía de lo anterior y Clemente y Blakie de adelantar
los posibles lugares de diferentes municipios de Puerto Rico en donde pudiesen
presentarse y Díaz de los contratos y otros menesteres.
Poder lograr que
la delegación artística cubana entrase a territorio nacional borincano implicó,
según nuestra investigación, lo siguiente, entre otras cosas:
1- Entrar
en comunicación con el Departamento de Estado de la colonia del Estado Libre y
Asociado de Puerto Rico.
2- Entrar
en comunicación con el Departamento de Estado del Gobierno imperial de Estados
Unidos de América (EE.UU.)
3- Entrar
en comunicación con la sección de intereses de EE.UU. en la Habana, Cuba
mediante tercer país (no pudimos asegurarnos con qué país fue)
4- Entrar
en comunicación por terceras personas con el Gobierno de Cuba.
5- Probar
que la calidad de los artistas cubanos era de nivel internacional.
6- Redactar
un contrato en inglés y suscribirlo en donde se hacía una relación de los
lugares en donde se iban a presentar los cubanos, con sus respectivas fechas y
respectivos pagos.
7- Pagarle
a los cubanos mediante cheques.
8- Y
afianzar el contrato para responder por cualquier violación al mismo. (4)
En víspera de
recibir la autorización de entrada de la delegación cubana se dieron enfoques
encontrados entre Clemente y O`Neill. El primero, como buen productor concentró
su enfoque en el aspecto artístico y comercial apoyado por Benítez. Teniendo
presente el prestigio que lograría el Festival de Bomba y Plena y los géneros
musicales que promovían. O`Neill, por su parte, concentró su enfoque en la
seguridad física de los cubanos sin que eso implicara el minimizar los otros
aspectos considerados por Clemente y Benítez.
O`Neill sacó a
relucir la segura confrontación que se tendría con el sector fascistas de los
cubanos exilados en Puerto Rico quienes estaban vinculados con la organización
terrorista Alpha 66 (vinculada a la CIA) y su par en Miami, Florida, EE.UU. (5) Y que el cuerpo de
seguridad del Festival de Bomba y Plena compuesto por los Cocodrilos y los Mayengues,
dirigidos por el negro Feliú, por el mulato Israel y por el taino Mayengue (6) no podrían cubrir las
actividades en donde participarían los cubanos. Y que, además, les faltaban
experiencias y la formación necesaria. Que había que contratar un equipo nuevo
de seguridad, bajo nueva dirección.
Clemente entendió
lo anterior, pero sacó a relucir que eso tendría un costo adicional y que el
dinero recibido de la Coordinación de los Juegos Panamericanos apenas alcanzaba
para cubrir los gastos. (En lo cual tenía mucha razón.) Por lo que había que
sacar los gastos de los ingresos productos de las actividades artísticas.
Luego de una
discusión intensa se acordó crear un cuerpo de seguridad que concentrara en la
seguridad de los cubanos, ajena al PSP, compuesta en parte por organizadores y
representantes de la Hermandad General de Trabajadores de Puerto Rico (HGTPR) (7) bajo la dirección,
propuesta por O´Neill y por confirmar de Juan Antonio (Papo) Castillo Ayala.
Persona controversial, para algunos, ya que años antes había salido absuelto de
pertenecer a la organización clandestina independentista MIRA. (8)
El paso posterior
fue reunirse con Papo Castillo, quien aceptó dirigir el nuevo cuerpo de
seguridad luego de que fuesen aceptadas, mediante negociación, sus condiciones
de trabajo y el pago por hombre día (alto por ser gallos castados y jugados).
Así, en este cuerpo de seguridad entraron, además de los reclutados por
Castillo, por parte de la HGTPR: Antonio (Tony) Bernard, Antonio (Tony Muralla)
Muñoz, Benjamín (Bejo) Alemán, Isabelo (Tanny) Santiago, Florentino (Tino)
Santiago, Rafael (Cano) Soto, Gilberto (El Loco) Quintero. Moncho O’Neill
recomendó a Edgardo Barrera y Benjamín (Papo) Torres que no eran de la HGTPR. (9) Este cuerpo de
seguridad concentraría en la seguridad
de los artistas cubanos en los eventos artísticos, incluyendo el transporte ida
y vuelta a los lugares. Y también complementaría a los Cocodrilos y a los Mayengues
con la seguridad de la sede del Festival de Bomba y Plena en el campo del
Morro.
Finalmente, luego
de haber cumplido con todas sus exigencias, el gobierno imperial gringo
autorizó la entrada de los cubanos a territorio boricua y su participación en
el Festival de Bomba y Plena de los VIII Juegos Panamericanos en el ex campo de
golf de la fortaleza del Morro y en los otros lugares enumerados en el
contrato. Lo que implicó una gran victoria luego de un arduo y agotador trabajo
de los antes mencionados. Y se entró en una nueva etapa: hacer realidad lo que
la tinta en el papel expresaba para romper físicamente en la patria de
Valero, Barbudo, los Vizcarrondo, Betances, Bracetti, Manolo (el Leñero) Ruiz,
Hostos, Ríus, de Tió, Figueroa, de Diego, Antongiorgui, Albizu, Gandía, et seq,
el bloqueo cultural entre Cuba y Puerto Rico que el imperialismo gringo había
impuesto por décadas.(10)
Ya con los cubanos
en el lar boricua se acrecentaron los trabajos: Clemente concentró en modificar
el programa de las actividades artísticas para incluir a los descendientes de
los Maceo, mientras Benítez y otros del Festival de Bomba y Plena concentraban
en confirmar la contratación de los lugares y otros aspectos técnicos. El negro
Vigo, ex timbalero de Kito Vélez y su combo, concentró en conseguirles las
cuerdas de los violines de la Orquesta Aragón que Américo había dejado saber y
lo que les hiciera falta.
El torbellino en
el despacho legal aumentó con la presencia de los artistas cubanos Los músicos
de ambas Antillas entraron en contacto por primera vez en décadas en territorio
nacional boricua y compartieron como si se conociesen de años. Y con ellos
comenzaron a llegar los curiosos, los bien intencionados (como el Lic. Pedro
Baigés Chapel del Comité Central del PSP, ya fallecido), los arribistas, los
oportunistas y los mal intencionados. Y ya corrida la voz de la presencia de
los cubanos, como acto de magia, también
comenzaron a llegar las amenazas escritas y telefónicas anónimas contra la vida
de O`Neill, Clemente, Benítez, Castillo y de otros cercanos al Festival. Los
arribistas y velagüiras comenzaron a cuestionar varias cosas, entre ellas la
razón por qué habían hospedado a los cubanos en un hotel 3 estrellas sin aire
acondicionado, como si eso fuese responsabilidad de los del Festival Bomba y
Plena.
Y llegó el momento
de la apertura de los VIII Juegos Panamericanos en el estadio Hirán Bithorn, en
Hato Rey. Tocándole inaugurarlos el gobernador colonial Carlo Romero Barceló (11), quien con su típica
obstinación y genuflexión insistía en que se tocara el himno y se izara la
bandera gringa. Fue recibido con un largo y sonoro abucheo que estremeció casi
todo Puerto Rico, tan fuerte que al día de hoy le deben seguir doliendo los
tímpanos.
Por su parte el Festival de Bomba y Plena
abrió en total esplendor, armonía y seguridad en el campo frente al Castillo
San Felipe del Morro.
Todo estaba instalado en sus respectivos
sitios de acuerdo al plano aprobado, allí reinaba la fraternidad y solidaridad
cultural de los pueblos. Era un festival de los pueblos, por y para los pueblos
gratis.
Especialmente para la interacción
fraternal entre Cuba y Puerto Rico. Allí estaban los artistas que iban a
participar y aquellos que quisieron pero que no se pudo contratar por no
alcanzar el dinero, entre ellos el maestro Rafael Cortijo (12) y Lucecita Benítez.
No nos pudieron
precisar si fue en el día de la inauguración o posteriormente, cuando aconteció
lo siguiente: estaba en la tarima la excelente cantante cubana Elena Burques
expresando su arte cuando al terminar una canción reconoció en el público a
Lucecita y le hizo su correspondiente deferencia.
Tanto ella como el
público le solicitaron al “Regalo de Borinken para la humanidad” que se subiera
a cantar. Lucecita, siempre solidario con su público se subió a la tarima a
cantar en dúo con Elena. ¡Aquello fue apoteósico! Un silencio absoluto dentro
de una atención completa se hizo presente para escuchar aquellas soberanas
voces acoplándose en armonía sin haber ensayado ni un minuto. Era un éxtasis
colectivo en donde brotaron lágrimas de muchos ojos. Dicen que sintieron caer
gotas de un cielo totalmente despejado. Alguien del público exclamo: “están
llorando los ángeles de la emoción.” La
negra cubana y la mulata boricua la pusieron en el cielo. Otra ocasión similar
fue el encuentro de los declamadores de poesía negroide Luis Carbonell de Cuba
y Juan Boria. El cubano exaltando las poesías de Nicolás Guillén.
Y el boricua, el Faraón del verso negro, exaltando los poemas
de Fortunato Vizcarrondo y Luis Palés Matos.
Allí todo era tum
tum de pasas y grifería. Mientras el público cantaba: “A la Beddegué. Ay ay, a
la Beddegué. Mi mamá no quiere que yo baye a la Beddegué” Y volvían a Fortunato: “Loj negritoj de furó
son Pichiche y Mateita: una joven parejita que son la envidia de tó. Bailando
una sampagoya . La negra se remenea, y el negro la burrunea y la vuelve una
mogoya. Y sigue el baile de rumba. De bemba, de bomba y timba. De maraca y de
marimba. Con el meneo de cachumba” Y el público al son de bomba cantaba y
bailaba: Briquitén, tan, tan Briquitán. Briquitén, tan, tan Briquitán. Entre
ellos Capitol, Blakie, Papo y Moncho. El último no se quedaba atrás pues
aprendió a bailar bomba con la negra Gregoria Ortiz (Goya) y su hija Martita,
la negra más linda y cachonda de todo Santurce cangrejero y negro.
Fuera de la sede
del Festival se hicieron varios eventos musicales con los cubanos. Nuestras
fuentes informativas no recuerdan completamente los lugares, pero recuerdan que
en el cine Puerto Rico, en la parada 24 de Santurce, fue uno de ellos. Ahí
tocaron Los Papines.
Otro fue en el auditorio de la Universidad
de Puerto Rico, recinto de Río Piedras y otro en la Casa de
España de Puerto Rico en la entrada del viejo San Juan.
Este último lugar
fue el más complicado para el cuerpo de seguridad a cargo de la seguridad de
los cubanos ya que era (y es) una casa palaciega con patios en sus alrededores,
con dos niveles en su estructura y su salón de baile principal en la planta
alta lo que daba la posibilidad de que pudiesen penetrar los contrarios,
incluyendo los de Alpha 66. La situación
se hizo más tensa porque allí
iba a tocar la Orquesta Aragón con una agrupación musical boricua de primer
nivel (13). Papo Castillo realizó un estudio del lugar y
de acuerdo a un croquis apostó el personal de seguridad. La Casa de España se
llenó totalmente. Allí bailaron hasta los cojos y los de dos pies derechos al
son de los violines y flautas de la charanga cubana y al son los panderos y
tumbadoras de la plena y la bomba boricua.
Y como se esperaba
algunos trataron de penetrar. Infructuosamente, excepto dos que lograron
hacerlo por el patio trasero hacia una terraza en la parte superior que daba
acceso al salón principal. Con la desgracia para ellos de que se encontraron
con Bejo y Tanny. Y como no entendieron de razones Bejo y Tanny se vieron
obligado a usar sus conocimientos boxísticos (sin tener que recurrir a otros
niveles) para hacerlos entrar en razón. Terminaron tirados patas arriba en el
patio.
Ese fue el único
incidente durante todo los VIII Juegos Panamericanos en donde se tuvo que usar la fuerza
defensiva. Nadie le pudo poner un dedo ofensor encima a uno de los artistas
cubanos, ni a los boricuas, ni a los de los otros países que participaron. Ni
en la sede del Festival de Bomba y Plena, ni en ninguno de los sitios en donde
participaron. ¡¡Y fueron muchas las amenazas y los intentos de intimidación,
desde les vamos a arrancar la cabeza hasta los vamos matar sucios comunistas!! (14)
Pero veamos el testimonio reciente sobre los de
seguridad por parte de Papo Castillo que este nos cursara hace unos días: “Recibo con
beneplácito esta iniciativa que me parece muy apropiada, alguien tenía que
hacerlo, porque es parte de nuestra historia de pueblo, de nuestro legado para
las futuras generaciones: y agradezco eternamente a mi entrañable amigo, el
Licenciado Ramón (Moncho) O'Neill, haberme dado la oportunidad de pasar a ser
parte de esta historia y sobre todo que se me fuera confiando un aspecto tan
sensible como el que se me asignó, y que para bien decir de todos que formamos
parte de ese evento cultural, se ejecutó magistralmente - fue el único aspecto
de los Panamericanos donde no hubo necesidad de intervención policiaca- todo
bajo control. Todavía, creo que conservo (ya que hace un par de meses hice una
limpieza de mis archivos y voté muchos papeles que conservé por muchos años)
los documentos con la lista de mi nómina de los que trabajaron en seguridad
conmigo y hasta el croquis de la tarima donde se ilustran los puntos de postas
de seguridad, etc. Si tengo la suerte de encontrarlos te los podría hacer
llegar, si te interesan. Aprovecho para corregirte con relación a mi nombre, el
cual no es José, sino Juan Antonio (Papo) Castillo Ayala. Luego leeré con calma
el documento que acabo de recibir y veré que otros comentarios merezca el mismo
de mi parte. Nos mantenemos en contacto. Un fuerte abrazo.”
Pero todo no fue miel sobre hojuelas.
Los arribistas cizañeros lograron causar algunos problemas en las relaciones
con el representante artístico de los cubanos. Porque Américo Miranda violando
el contrato de exclusividad - y arriesgando la seguridad de los artistas
- los llevó a tocar sin
conocimiento ni autorización de Pedro Clemente a un programa de televisión del
productor Paquito Cordero, quien no expresaba solidaridad ni afinidad con el
derecho a la independencia de Puerto Rico y menos con la independencia de Cuba.
También corrieron el vil rumor - posterior a los VIII Juegos Panamericanos - de que Pedro Clemente no le había pagado a
Américo Miranda por las actuaciones de los cubanos. Tremenda difamación pues le
pagó completamente y además, como un acto de solidaridad, le sobó la mano, y bien sobada, bajo de la mesa. De eso dio
constancia a los cizañeros Moncho O`Neill. Uno de los cizañeros, Carlos García
– quien fungía como uno de los guardaespaldas del Lic. Juan Mari Brás,
Secretario General del PSP – quien se jactaba de ser negro y marxista/leninista
- llegó al extremo de expresarle
enojadamente a O`Neill que todos los del Festival de Bomba y Plena eran unos “negros lumpens” O´Neill le contestó
que si tenía los tamaños fuera y se los dijera de frente. (15)
Llegó la última noche del Festival de
Bomba y Plena en los VIII Juegos Panamericanos, era una noche apacible y
despejada. De recogimiento colectivo y de fraternidad entre los miembros del
Festival de Bomba y Plena. Blakie, quien era espiritista y quien tenía un
adoratorio a sus deidades en su casa, conversaba con Moncho recordándole la
razón del por qué se hacían los festivales de bomba y plena a la orilla o cerca
del mar. Acabándole de decir que se hacía para estar en contacto con los
espíritus de los negros esclavos que llegaron por el mar siglos atrás, súbitamente
se desató una ventolera por varios minutos que movió todo. Blakie abrió los
ojos como bolas de billar Y le dijo: ¡¡Viiijte, viiijte!! ¡¡Te lo dije, aquí
están los espíritus de nuestros ancestros negros!!
La tarde antes de la salida al otro día
en la mañana de la delegación cubana para Cuba, Clemente y Benítez le
informaron a O`Neill que se habían enterado de que en la noche el PSP realizarían un
bailable, en el Centro Deportivo de la Unión Nacional de Trabajadores, con la
participación de la delegación artística cubana cobrando entradas, bebidas y
comidas. En ese momento entendieron el alejamiento e incomunicación del lángaro
y conflictivo Américo Miranda con ellos. A lo que había que sumarle la seria
diferencia que tuvo con Papo Castillo. (16)
Días después supieron por amistades que
asistieron que la actividad con el PSP tuvo un lleno total y que convivieron
armoniosamente, como debe ser, hasta la madrugada los cubanos y los boricuas. Y
que de ahí salieron directamente para la Bahía de San Juan para llegar al barco
que los llevaría de regreso a la patria de Céspedes, los Maceos y Martí.
Así, en parte, como una ironía más de la vida, unos “negros
lumpens”, ¿negros lumpens? (según el calificativo de Carlos García (17) en unión a mulatos,
mestizos y blancos (jóvenes, de 23 a 30 años) trabajando en armonía y a todo
vapor, dentro de un contexto colonial fascista anexionista, con un gobierno
represor y adverso a la presencia cubana en Puerto Rico. Con una alianza, en
los hechos, entre artistas y sindicalistas con conciencia y orgullo de ser
boricuas lograron romper el bloqueo cultural impuesto por décadas por el
imperialismo gringo. Reivindicando con ello la alianza establecida entre el
boricua Dr. Ramón Emeterio Betances Alacán y el cubano José Martí Pérez en el
siglo XIX. Y el derecho de ambas nacionalidades a mantener y acrecentar sus
relaciones, incluyendo las culturales. Haciendo válido el verso del poema de la
poetisa puertorriqueña Lola Rodríguez de Tió: “Cuba y Puerto Rico son, de un pájaro las dos alas. Reciben flores y
balas en un mismo corazón.” Y
ayudando a su vez, aunque fuese indirectamente, a reafirmar las relaciones
políticas entre el ex PSP y el Gobierno de la República de Cuba y la economía
del ex PSP y de los artistas cubanos.
Fueron muchos días de mucho trabajo y de
alta .tensión. Tensión aumentada por fuego amigo mediante intrigas cizañeras,
calumnias y descrédito injustificados. Pero, lo anterior es pellizco de ñoco en
comparación a lo importante y a lo sobresaliente como fue el rompimiento del
bloqueo cultural entre Cuba y Puerto Rico impuesto por el imperialismo gringo
por los del Festival de Bomba y Plena de Puerto Rico y sus aliados.
Este escrito es para
reivindicar históricamente a los que verdaderamente rompieron el bloqueo
impuesto a Cuba y Puerto Rico - a los vivos y a los muertos -. Quienes
enfrentaron al fascismo colonial y al terrorismo por igual. En donde estuvo en
juego sus integridades físicas y hasta sus propias vidas. Que sirva de legado,
a decir de Papo Castillo, con lo cual coincidimos totalmente, para las actuales
generaciones jóvenes y a las venideras de ambas Antillas.
Y tomando del siempre presente patriota,
comandante Juan Antonio Corretjer Montes (poeta nacional boricua)
¡Alabanza, alabanza, alabanza a la manos tainas, blancas y negras que
trabajan. Porque de ellas saldrá la nueva Patria liberada!
Desde México y Estados Unidos de
América, a 28 de febrero de 2015.
CONTINUARÁ
(1)
Para esos días Moncho
O’Neill, nacido en el Santurce cangrejero con plenas y bombas por doquier,
trabajaba como consejero académico en la Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad de Puerto Rico recinto de Río Piedras. En la universidad y en el
bar de Pancho, cerca de la facultad de Ciencias Sociales, fue cuajando la idea
del Festival de Bomba y Plena.
(2)
Al primero lo apodaban
Capitol o Capitolio porque cuando era niño limpiaba zapatos en el capitolio
colonial de Puerta de Tierra. Al otro Blakie por su negrura acentuada.
(3)
Los gringos tenían cerca las facilidades del
Fuerte Brooke y en lo que era un campo abierto del Castillo San Felipe del
Morro - parte del amurallamiento del Viejo San Juan construido bajo el
imperialismo español – establecieron un campo de golf para sus oficiales.
(4)
Entonces no existía Inter
Net, ni fax, ni teléfonos celulares.
(5)
Era de conocimiento
público el actuar terrorista en Puerto Rico de Alpha 66 y sus vínculos con sus
pares en Florida.
(6)
Mayengue (de apellido
Hidalgo) fue conguero de la Orquesta Richy Rey y Bobby Cruz. Y es el papá del
famoso conguero de fama internacional Giovanny Hidalgo, conocido como
Mayenguito. ¡Quien lo hereda, no lo hurta!
(7)
La HGTPR era en ese
momento, junto con la Unión de Tronquistas de Puerto Rico, la más combativa
unión de trabajadores. Que bajo el liderato acertado de Víctor Rodríguez
Figueroa en ese momento histórico enfrentó toda una política anti sindical, anti
trabajadores y anti puertorriqueña del gobierno colonial de turno, que en ese
momento era el Partido Nuevo Progresista (pitiyanqui y anexionista), bajo la
dirección de Carlos Romero Barceló (Conocido como Charlie Horse)
(8)
Movimiento
Independentista Revolucionario en Armas.
(9)
Tony Bernard, cuando
estudiante universitario dentro de una manifestación estudiantil, sacó un recto
de derecha que le pegó en la cara a un famoso teniente coronel de la represiva Fuerza
de Choque de la Policía de Puerto Rico. Tony Muralla, era eso, más karateka.
Bejo fue parte de los entrenadores de los campeones mundiales puertorriqueños
de boxeo Esteban de Jesús y Wilfredo Benítez. Tenía las manos de pianista, pero
pegaba como pata de mula. Tanny era boxeador en peso semi completo, donde
pegaba no nacía vello. Gilberto, el mayor de todos, con un gancho de derecha
que arrancaba cabezas (su gran orgullo, que siendo niño, le limpió los zapatos a
Don pedro Albizu Campos) Cano Soto, de pocas palabras y mucha acción, respetado
en Nemecio Canales y en todos lados. Edgardo, bravo y famoso con los que Héctor
Laboe llamó Mi Gente por haber trabajado en publicidad de la Cervecería Corona.
Papo, decía que como era flaco no podía pelear, que el usaba el dedo índice
derecho. Exponiendo su vida impidió que una horda de fascistas incendiaran la
Impresora Nacional en donde se publicaba Claridad, el periódico de la clase
obrera y de la independencia patria. Tino, no se quedaba atrás. Cumplió 3 años
de cárcel porque lo confundieron con su primo y no lo quiso delatar. Decía “que
de noche todos los gatos son negros”.
(10)
Los boricuas siempre
desacataron la orden presidencial gringa que les prohibía viajar a Cuba
manteniendo así la alianza política/militar establecida entre Ramón Emeterio
Betances Alacán y José Martí Pérez.
(11)
Se le conocía, según el
pueblo, como “Charlie Horse” (Carlos caballo) por lo bruto que era. Minerva, la
compañera de Moncho, contaba con su particular alegría un suceso que le
aconteció a Carlos al abordar un avión. Narraba
que cuando Charlie llegó a la puerta de entrada de la nave leyó un letrero que
decía: Boing DC3. Luego de leerlo se sujetó del fuselaje del avión y comenzó a
darle duro con la frente al fuselaje mientras contaba: uno, dos, tres. Uno,
dos, y tres. Abollando el fuselaje.
(12)
Rafael Cortijo y su combo
con su cantante principal Ismael (Maelo) Rivera a finales de los años cincuenta
y durante la década de los sesenta con su música, cantos, dichos, vestimenta,
saludos y gestos fueron un huracán en Puerto Rico, el Caribe, Centro, Sur
América y el propio EE.UU. Rescataron la genuina expresión de la bomba y de la
plena. En forma directa o indirecta, consciente o no, fueron la trinchera boricua musical/artística que paró en seco la
imposición por los medios masivo de comunicación de la música yanquisante. Cortijo
aunque no pudo participar en ese Festival de Bomba y Plena estuvo casi
diariamente apoyando y aconsejando a los organizadores.
(13)
Nuestras fuentes
recuerdan; Bomplené, Quinto Olivo, Familia Cepeda, Gunda Merced, Batacumbele,
Los Pleneros de la 23, Grupo Mapeyé, Los Hermanos Ayala y a La Familia Cepeda. Y
creen que también estuvo Roberto Rohena y su Apolo Sound.
(14)
Dice Papo Castillo: “Si en efecto, Ángel Luis Chico formó
parte del grupo de seguridad que yo traje a trabajar. No sé si te interesa
alguna anécdota adicional sobre lo ocurrido en la Casa de España, ejemplo:
Desplazamiento del equipo de seguridad y las instrucciones impartidas al
persona en general y las impartidas compartimentadamente al equipo
selecto para en caso de algún ataque armado, ya que como muy bien has dicho
Alpha 66 había hecho amenazas de muerte y jurado que impedirían que se llevara
a cabo la actividad en la Casa de España, y ante esa situación se seleccionó al
personal de mayor confianza para que estuvieran artillados para en caso de una
eventual agresión armada. Todavía recuerdo vívidamente el plan de contención y
las instrucciones impartidas.”
(15) Información de Papo Castillo: “También
recuerdo vivamente un incidente entre Américo Miranda y yo en el hotel donde se
hospedaban cuando lo tuve que poner en tiempo por unos comentarios arrogantes y
peyorativos sobre los puertorriqueños. Luego se puso a decir que yo le había
sacado una pistola, lo cual es totalmente falso (según se puso
a decir Carlos García, en el Colegio de Abogados, con el propósito de evitar
que se me asignara la tarea de organizar la seguridad de los Nicaraguenses que
luego fueron a Puerto Rico) Lo único que sucedió entre Américo y yo fue
una discusión aclaratoria acalorada de mi parte cuando vino a menospreciar el
sacrificio de sangre de los puertorriqueños en la lucha por la libertad
alegando que Puerto Rico, a diferencia de Cuba no se había derramado sangre.
Entonces yo le dije que era un insolente, porque los puertorriqueños no
solamente habían derramado su sangre en Puerto Rico, en nuestra lucha
libertaria, sino que la manigua cubana estaba bendecida con sangre boricua y
que en todo caso eran los cubanos los que no habían derramado una gota de
sangre por la libertad de Puerto Rico. Es cierto que me indigné, pero eso no
paso de ahí.” “Mañana me dedicaré a buscar los documentos que te prometí tratar
de localizar. No sé si todavía le tienes algún uso.”
(16) Ibidem.
(17) Expresa
Papo Castillo: “Carlos García era compueblano mío, de Aguada y lo conocía desde
que estaba en la escuela superior más adelantado que yo. Era un reverendo
engreído que había que hablarle por tarjetitas. Su padre, del mismo nombre era
chofer de carro público y a pesar de haber sido nacionalista en su juventud,
cuando la revolución nacionalista de 1950, se desapareció pal campo y colgó los
hábitos, No obstante a eso Garlos hijo, pertenecía al drill team de la Patrulla
Aérea Civil, y en ese entonces se cantaba estadista. Yo nunca le simpaticé en
aquel entonces por mi proselitismo independentista cuando me dedicaba a
organizar la Federación Estudiantil Pro Independencia en la escuela. Con el
tiempo pasó a ir a estudiar a la Universidad y se hizo simpatizante de la Federación
Universitaria Pro Independencia. Cuando yo me fui a vivir a San Juan, me lo
encontré hecho todo un independentista "come fuego". Pero en el fondo
seguía siendo un negrito Oreo (negro por fuera y blanco por dentro). Con el tiempo yo desaparecí y no supe más de
el por años hasta que yo fui apresado en Nueva York, extraditado a Puerto Rico
para ser enjuiciado. Luego fui exonerado y cuando salí del Oso Blanco, el me
localizó y me dijo que Juan Mari quería verme y ahí me enteré que era de
seguridad de don Juan. Este parrafito para poner en contexto a Carlos García.” “Sigo
buscando entre mis cajas y he encontrado otras cosas que ya ni me acordaba que
las tenía guardadas, pero todavía no he dado con la carpeta de Bomba y Plena.
Seguiré buscando.”
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