Honores a quienes honores merecen, en el 113 aniversario de la independencia de Cuba (20/05/2015)
“Silencio, es hora de honrar a los muertos”
A tipo de preámbulo
Dedicado al patriota boricua Oscar López Rivera que el 29 de mayo cumplió 34 años encarcelado en las mazmorras gringas por combatir por la independencia de su sagrada patria Borinken/Puerto Rico. Y a la boricua Ana Belén Montes quien ya cumplió 12 años de encarcelamiento en máxima seguridad, privada de sus derechos fundamentales y civiles, de los 25 años a que la sentenciaron por haber sido la informante por 17 años al Gobierno de Cuba y a los 5 patriotas cubanos desde la propia Agencia Nacional de Seguridad gringa informándoles de los planes terroristas del imperialismo gringo en contra de Cuba sin recibir ni pedir nada a cambio. ¡Hay que lograr la libertad de ambos!
De los miles y valientes mambises cubanos e internacionalistas que combatieron por la independencia de Cuba en la Guerra de los 10 años, la Guerra Chiquita y la Guerra Necesaria, tomamos a los tres primeros sobresalientes entre sus iguales para honrar a todos aquellos que regaron con lágrimas, sudor y sangre el territorio cubano en busca del sagrado ideal de ver a una Cuba libre e independiente. Son Máximo Gómez Báez, Antonio Maceo Grajales y José Martí Pérez.
Tan importante y sobresaliente fueron en esa gesta épica/política en el Caribe con trascendencia internacional que el Primer Ministro del Gobierno de España, Antonio Cánovas del Castillo, expresó que la guerra de independencia de Cuba se acababa con tres balas, dando a entender que con la muerte de ellos se acababa la guerra.
De los tres mencionados dos cayeron en combate. Pero, los tres, para rabia de Canóvas del Castillo y del imperio español, trascendieron por derecho propio los tiempos y sus entornos y son hoy faros en el entendimiento de la dinámica cubana y antillana. Y siempre han sido causa de inspiración de muchos poetas, entre ellos el puertorriqueño o boricua Luis Llorens Torres, a quienes la mayoría reconocían como el mejor del habla hispana en la primera mitad del siglo XX.
Máximo Gómez Báez
Nació el 18 de noviembre de 1836 en Baní, República Dominicana y falleció el 17 de junio de 1905 en La Habana, Cuba. Su formación y experiencia militar en República Dominicana la aplicó en la Guerra de los 10 años y en la Guerra Necesaria. En la Guerra de los 10 años fue ascendiendo hasta llegar ser General Jefe del Ejército Mambí. Bajo su guía militar y política se forjaron muchos de los mejores cuadros y mandos del Ejército Libertador de Cuba o Ejército Mambí, entre ellos Antonio Maceo Grajales (y el puertorriqueño general Juan Ríus Rivera) quien llegó a ser en su momento el Segundo General en Jefe.
Su estrategia era llevar la guerra desde el oriente al occidente de Cuba y destruir las fuentes de abastecimiento del Ejército Español en Cuba. Sus tácticas fueron la movilidad continúa en zigzag en pequeños espacios (con lo cual siempre burló a los oficiales españoles porque nunca lograron descifrarla), la emboscada, y el temible ataque frontal con machete cuando la ocasión lo ameritaba. Fue - junto con el comandante mexicano Inclán – el primero que uso la tea para quemar las haciendas de café y de caña propiedad de los españoles y cubanos aliados a estos y así evitar que financiaran al Ejército Español.
No participó en la Guerra Chiquita pues la consideró prematura y mal organizada. Luego de estar a Centro América regresó a su patria y se estableció en Montecristi. En ambos lugares padeció con dignidad serias limitaciones económicas. Previo al inicio de la Guerra Necesaria fue visitado en Montecristi por José Martí Pérez quien lo reclutó para la guerra que se avecinaba, quien le dio el puesto de General en Jefe y quien le solicitara que convocara y reclutara (como lo hizo) a los viejos pinos (oficiales) de la guerra de los 10 años.
En 1895 desembarca en Cuba, y junto con Martí, los pinos viejos y pinos nuevos comienza la Guerra Necesaria organizada por el “Apostol” Martí. En esta logra llevar hasta el occidente de Cuba, atravesando trochas militares y enfrentando al enemigo la guerra bajo su segundo en mando Antonio Maceo Grajales. Y al igual que en la Guerra de los 10 años combate imbatible y desconcierta con sus tácticas a los mejores generales y estrategas del imperio español. Terminada la guerra ya Cuba liberada del imperio español, desmantelado el Ejército Libertador y ocupada militarmente por el imperio estadounidense rehúsa ser nominado para la presidencia de la República de Cuba. Posteriormente colabora con la creación de un partido político opositor al mal recordado primer presidente de Cuba, Tomás Estrada Palma, anexionista de vocación.
Fallece por muerte natural en La Habana, Cuba a quienes muchos clasificaban como la idea y la acción.
Luis Lloréns Torres reivindicó a Máximo Gómez en el poema “El Machete”, de los cuales tomamos estos versos:
Máximo Gómez azuló el machete./ De la casabería de la hacienda, lo alzó Máximo Gómez afilándolo a fuego rojisol de independencia; los pasó de las manos del labriego a las manos del hombre de pelea; lo hizo zigzaguear como relámpago, bajo la noche, en la manigua negra; y con sudores de hambre y heroísmos, lo templó en el calor de la epopeya.
Máximo Gómez encendió al guajiro que sudaba en el agro de la hacienda. Y a la vez que al guajiro del trabajo, Máximo Gómez encendió en su tea al que en rondas de amor noctivagaba sahumado de romántica humareda.
De Máximo Gómez, expresó el patricio puertorriqueño Eugenio María Hostos Bonilla (Ciudadano de América) “que él representaba en la revolución de Cuba el brazo armado y la conciencia militar del ideal de las Antillas.”
Antonio Maceo Grajales
Nació el 14 de junio de 1845, Santiago de Cuba. Cuba y falleció el 7 de diciembre de 1806 en Punta Brava, Pinar del Río, Cuba. Fue el primer hijo del matrimonio compuesto por el venezolano Marco Maceo y la cubana Mariana Grajales.
El liberto Antonio al igual que su padre y hermanos participaron en la Guerra de los 10 años. Desde el inicio Maceo dio muestra de su gran valor y compromiso con la independencia de Cuba para constituirla en una república libre y soberana manteniendo distancia del sector que buscaban la anexión a Estados Unidos de América una vez Cuba independiente siguiendo el modelo de Texas.
Bajo la guía política/militar del general Máximo Gómez Báez fue ascendiendo en rango militar. Fueron muchos los combates en que enfrentó a las fuerzas militares españolas que lo superaban en número y en armas. Lo mismo combatía en la caballería como en la infantería del Ejército Libertador de Cuba. Su vigor, fortaleza y energía era reconocido por todos. Con su carisma inspiraba a sus soldados y oficiales y era ejemplo a seguir por todos, negros y blancos, no obstante a ser sepia su piel y rasgos faciales. Fue uno de los alumnos privilegiado de las tácticas de guerra de Máximo Gómez y en el que más confiaba, por sus habilidades, disciplina y carisma el guerrero dominicano.
Aunque solo contaba con estudios de primaria o elemental tenía una gran capacidad de expresión, de comunicación y de análisis político, en gran medida por su formación masónica y por las enseñanza de su padre y madre que les contaban la épica libertaria del “Libertador” Simón Bolívar en Sur América y los negros dominicanos en la Española o Quisqueya (su madre era de ascendencia dominicana) que derrotaron al imperio español y al imperio francés logrando la libertad patria y la eliminación de la esclavitud negra.
Encabezó la Protesta de Baraguá (1878) seguido por un grupo minoritario de oficiales y tropas que se oponían al cese de fuego, para unos o armisticio para otros, conocido como el Pacto del Zanjón que daba fin a la Guerra de los 10 años y a la aceptación de un régimen autonómico para Cuba en vez de la independencia total y la emancipación de todos los negros. Durante meses combatió con sus seguidores, en las peores condiciones imaginables, a las fuerzas españolas. Un sector mayoritario de sus oficiales y el Gobierno Provisional - para evitar su innecesaria muerte en combate sin expresárselo - aprobó una resolución que lo mandaba a Jamaica con una pequeña escolta en busca de apoyo financiero, combatientes, armas y pertrechos para continuar la guerra. 800 combates y 22 heridas de balas y 7 de armas blancas le daban autoridad para ello.
El 10 de mayo de 1878 llegó a Kingston, Jamaica acompañado de su escolta compuesta por los brigadieres Leite Vidal, Juan Ríus Rivera (puertorriqueño) y los tenientes coroneles Santa Cruz Pacheco y Lacret Morlot. Las gestiones ante la emigración cubana fueron infructuosas, la división reinaba entre ellos como consecuencia del Pacto del Zanjón. Enterado el Gobierno Provisional de Cuba decide dar por terminada en Loma Pelada las hostilidades sin que Maceo y los de su escolta se rindieran o pactaran con España.
En su momento, después de un periplo por Estados Unidos, Jamaica, Haití (aquí sobrevivió a un atentado a su vida por sicarios españoles -, República Dominicana y San Thomas, sin poder participar en la Guerra Chiquita (1879) - por perjuicio en su contra por ser negro y porque le imputaban querer llevar a a cabo una guerra racial - se instala en Honduras, donde el gobierno de Marco Aurelio Soto lo incorpora al Estado Mayor General del Ejército con el grado de General de División y al mismo tiempo como comandante militar de Tegucigalpa. Posteriormente se instala en Panamá y trabaja en la construcción del Canal de Panamá. De ahí se traslada a Cuba y a otros países, siempre en contacto y conspirando con los sobrevivientes de la Guerra de los 10 años y de la Guerra Chiquita. Y entra en contacto con José Martí Pérez para planificar la Guerra Necesaria.
En 1895 - luego de ser reclutado por Máximo Gómez - desembarca en Cuba con una pequeña expedición armada para comenzar con José Martí y Máximo Gómez la Guerra Necesaria. En esta como segundo en mando del general Máximo Gómez logra extender la guerra de independencia hasta el occidente de Cuba luego de haber atravesado a lo largo el territorio nacional de Cuba. Sostiene por meses la guerra en el occidente con condiciones topográficas adversas, sin apoyo de expediciones armadas y de pertrechos, con bloqueo naval español en las costas cercanas y con la incomprensión del sector civil del Gobierno Revolucionario Cubano.
Surgidas nuevamente las divisiones políticas entre los civiles independentistas que afectaban el operar militar es llamado por Máximo Gómez a conferenciar en Las villas. Previo a moverse a su encuentro nombra al general puertorriqueño Juan Ríus Rivera como su sustituto militar en el occidente de Cuba. Parte al encuentro con Gómez y luego de cruzar con éxito la Trocha de Mariel por la Bahía de Mariel con su escolta de 20 hombres es sorprendido por fuerzas hostiles españolas.
Durante el combate es herido de muerte en el pecho y en la cabeza por balas de fúsil y cae de su caballo. Francisco Gómez Toro (hijo de Máximo Gómez, quien llegó a Cuba en la expedición armada del buque Three Friends, comandada por el Gral. Juan Ríus Rivera), uno de sus auxiliares – ya herido de bala – acude en su auxilio y es macheteado junto con el “Titán de Bronce” hasta la muerte por las guerrillas cubanas (así le llamaban al cuerpo mercenario de cubanos que combatían en contra de los independentistas cubanos). Antonio Maceo Grajales muere en combate luego de haber recibido 27 heridas y sobrevivir a varios atentados contra su vida. Así murió el temible revolucionario/independentista negro que participó sobresalientemente en la independencia de su nación y en la reivindicación de su raza y al que tanto odiaban los blancos españoles y los criollos esclavistas cubanos. Al que muchos calificaban como la acción.
El Titán de Bronce advirtió a los imperialistas gringos lo que encontrarían en su patria de querer anexarla: “El que intente apoderarse de Cuba, recogerá el polvo del suelo anegado de sangre si no perece en la contienda”.
Luis Lloréns Torres le escribió el poema: Maceo:
Músculo que despierta de una raza dormida. Sonoro escape de una fuerza comprimida. Nos anuncia con el verbo de su vida las epopeyas futuras de una legión no conocida. Del África, que en el globo pinta un gran corazón, él se trajo el aguerrido corazón de león que el pecho le golpeaba bajo el negro vellón y era en cada honda palpitación la campana cubana de la revolución.
Con los ojos sobre el pañuelo de esta elegía, recordad, cubanos, recordad que un día, mientras en las ciudades la molicie dormía, una luz de la selva venía y el golpe de un hacha en la noche se oía.
Siempre solidario con la independencia de Puerto Rico, expresó lo siguiente en junio del 1884: “Cuando Cuba sea independiente solicitaré del Gobierno que se constituya, permiso para hacer la libertad de Puerto Rico, pues no me gustaría entregar la espada dejando esclava a esa porción de América; pero si no coronare mis fines, entregaré el sable pidiendo a mis compañeros hagan lo mismo.”
José Julián Martí Pérez
Nació el “Apóstol” de la independencia de Cuba el 28 de enero de 1853 en La Habana , Cuba. Falleció en combate el 18 de mayo de 1895 en Dos Ríos, Oriente de Cuba. Su padre Mariano Martí era español y soldado. Su madre Leonor Pérez, española al igual que su padre.
Por su condición social y de ascendencia tuvo la oportunidad de estudiar en estudios primarios y medios en Cuba. Siendo adolescente mientras estudiaba en un colegio privado – ya comenzada la Guerra de los 10 años – le fue encontrada una carta, comprometedora en donde cuestionaba como apóstata a un amigo por haberse incorporado al Ejército Español para combatir a los insurrectos cubanos.
Eso bastó para que fuese acusado por infidencia (1869) y condenado a 6 años de prisión (08/marzo/1870) con trabajo forzoso. Siete meses después llega a la Isla de Pino (hoy Isla de la Juventud) porque se le conmutó la sentencia por destierro. En la prisión fue encadenado por la cintura y le pusieron los famosos grilletes que se acostumbraba en esa época carcelaria. (Todavía se acostumbra esa práctica en las cárceles de Estados Unidos y en Puerto Rico con los presos considerados peligrosos. Y usan los grilletes electrónicos para tener constante control sobre los que están en libertad bajo palabra o bajo fianza o caución)
Por el trabajo forzoso y por su propia condición inmunológica desarrolló la enfermedad sarcoidosis (afecta a cualquier órgano del cuerpo) que lo afectaría por toda su intensa vida. Por su delicada condición de salud y por las gestiones de su padre fue deportado para España el 15 de enero de 1871.
Su deportación en España la usó para realizar estudios universitarios. Obteniendo el título de Licenciado en Derecho Civil y Filosofía y Letras. Terminado los estudios viaja por Francia y llega a México en 1875 luego de pasar por New York, EE.UU.A. Terminada la Guerra de los 10 años regresa a Cuba y cofunda el Club Central Revolucionario Cubano. Posteriormente, el 17 de septiembre de 1897 fue nombrado por el Comité Revolucionario Cubano en New York como su representante en Cuba. Lo que le implicó su segunda deportación porque se le vinculó con la Guerra Chiquita (1879).
Ya terminada la Guerra Chiquita realiza un periplo por México y Centro América desempeñándose como periodista, maestro, analista político, orador, filósofo, poeta y diplomático. En esa década -1880-1890 – alcanzó gran fama por lo anterior, pero nunca olvidó el ideal de independencia de Cuba. En 1882 comenzó a reorganizar a los que participaron en la Guerra de los 10 años y en la Guerra Chiquita. Tarea que se le hizo ardua porque un sector de los mambises lo cuestionaban por no haber participado en la Guerra de los 10 años y por la desunión que reinaba entre ellos que se remontaba a la Guerra de los 10 años.
Establecido en EE.UU.A. concentra su trabajo en un nuevo actor en el escenario de la lucha por la independencia de su patria, la clase obrera cubana trabajando en la industria del tabaco en las entrañas del imperio gringo, en su mayoría anarquistas y/o anarcosindicalistas. Logrando su apoyo político y económico. Es cuando Martí echa su suerte con los pobres de la Tierra. Su nombre se agiganta entre ellos. Con la fama que lo precede llena los auditorios y surgen los clubes de apoyo por doquier.
Ya en la década de los noventa concentra en lo que llamaría la Guerra Necesaria y en la estructuración de la misma. Aquí brota su genio organizativo. En 1892 redactó las Bases y los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano (PRC) (al cual el patricio boricua Ramón Emeterio Betances Alacán llamaba Partido Revolucionario Cubano Puertorriqueño porque el mismo se creó por los patriotas de ambas Antillas exiliados en EE.UU.A.), cuya constitución fue proclamada públicamente el 10 de abril de 1892. (Dos días después de haber sido electo José Martí como el Delegado del PRC y dos días después de haber cumplido Betances 65 años de edad.) El 14 de abril funda el periódico Patria, órgano informativo del PRC, del cual era su director, y su co director y editor el negro patricio boricua Sotero Figueroa que a su vez era un excelso escritor y periodista y el propietario de la imprenta en donde se imprimía.
Logrado lo anterior concentró Martí en el Plan Fernandina o en la expedición La Fernandina que consistía en el acopio de armas y pertrechos de guerra para invadir a Cuba por tres lugares simultáneamente (Las villas, Oriente y Camaguey) en unión a un levantamiento simultáneo en muchos pueblos de Cuba con el objetivo de que la guerra fuese corta y exitosa. Para ello se había contratado 3 yates privados que fungirían como yates comerciales. Desgraciadamente para José Martí y los patriotas cubanos la misma fue impedida por el gobierno norteamericano, quien incautó el armamento y los pertrechos. No obstante, Martí se recompuso del tremendo golpe y persistió en la invasión y en la Guerra Necesaria.
(Personalmente cuando examino La Fernandina le encuentro mucha similitud al plan de Ramón Betances vinculado al adelantado Grito de Lares de Puerto Rico, 26 años antes. Cosa entendible pues ambas naciones están asentadas en las Antillas y en ese momento tenían un enemigo común. La gran diferencia es que a Betances no le incautaron las armas a diferencia de Martí.)
Posteriormente concentró Martí en la unión de los pinos viejos con los pinos nuevos. Para ello viajó a Monte Cristi, República Dominicana a reunirse con Máximo Gómez (el “Viejo” o el “Generalísmo”) el decano militar de la guerra de independencia de Cuba. De esa reunión salió el Manifiesto de Montecristi (25 de marzo de 1895) documento oficial del PRC en donde se exponen las causas que dan lugar a la guerra y los objetivos patrióticos, legales y de justicia que se buscan con ella.
Previamente Martí por vía epistolar se comunica con el decano de la lucha de independencia de Puerto Rico y Cuba, el Dr. Ramón Emeterio Betances Alacán, quien residía en París, Francia. Le solicita su apoyo expresándole “que sabe que para él (Betances) no existe mar entre Cuba y Puerto Rico”. Betances le contesta: “Use mi nombre y si le es necesario llévelo al infierno por la libertad de Cuba y de Puerto Rico.” Logrando Martí el apoyo del caribeño y latinoamericano con mayor prestigio y conexiones de toda índole en Francia y países cercanos. Conocido como El Antillano.
El 24 de febrero de igual año, luego de que se aprobara el Plan de Alzamiento en Cuba, inicia la Guerra Necesaria en varias partes de Cuba. El 11 de abril de igual año - tres años y tres días después de que se le nombrara Delegado (máximo puesto) del PRC - desembarca Martí como líder político y como guerrero en su amada patria, acompañado de Máximo Gómez y una pequeña expedición por Playita de Cajobado, Baracoa, provincia de Oriente.
Días después (5/mayo de 1895) se da la Reunión de la Mejorana en donde se encuentran en plan de libertadores el Generalísimo, el Titán de Bronce y el Apóstol, las tres columnas principales del templo de la independencia de Cuba rodeados de los viejos y nuevos pinos. En la hacienda La Mejorana, bajo la sombra de un flamboyán acuerdan: la organización del Gobierno de la República en Armas, los planes bélicos, la extensión de la guerra al occidente de Cuba, fue José Martí reconocido como responsable supremo de la Revolución en su carácter de Delegado del PRC, se reconoció a Gómez como General en Jefe del Ejército Libertador, y se reconoció a Maceo como Lugarteniente General y Jefe de Oriente.
El 19 de mayo de 1895 fue un día triste para los patriotas cubanos, para los internacionalistas que los apoyaban y para las fuerzas progresistas de la humanidad. Ese día en Dos Ríos, Oriente de Cuba cae muerto en acción de guerra de tres balazos provenientes de fusiles españoles José Julián Martí Pérez. El hombre idea.
Es ampliamente conocida su última carta (18 /mayo/1895) a su amigo mexicano Manuel Mercado por su contenido patriótico y anti imperialista. Pero para quien esto escribe hay una expresión suya que lo define cabalmente: “A la patria no se le niega nada”.
El poeta Luis Lloréns Torres, nos recuerda a José Martí en el siguiente poema: Martí ¿Que no debió morir Martí?... Os digo, antillanos, que sí. El sabía que a su muerte el dolor de sus hermanos lo haría más cubanos. No ignoraba que el suplicio de Jesús hizo santa la madera de la cruz. Y saboreaba sus sabios dolores: sus conscientes dolores redentores. Máximo en la bondad y en el saber, no era para el machete; no. Pero hijo macho del deber, su deber era morir y murió .
Es imperativo mencionar el compromiso de Martí con la independencia de Puerto Rico, para ello basta en este momento señalar que el Artículo Primero del PRC expresa que se funda el PRC para lograr la independencia de Cuba y auxiliar la de Puerto Rico.
En Tixtla, Guerrero, México, a 30 de mayo de 2015.
Por Carlos Rivera
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